Por lo general no me permito estos arranques,
pero me resulta urgente aclarar
que mis almohadas hablan de un apocalipsis...
Creo que se refieren a otros planetas
donde lunas rojas amenazan
el correcto comportamiento de las aguas;
si alguna de ustedes pertenece
al mundo de tragedia que mis almohadas predicen
aconsejo abandonar cualquier impulso romantico
en favor de una existencia pragmatica.
Quiero decir,
y esto es solo para aquellas que enfrentan
el final del mundo conocido:
el amor es secundario a la supervivencia.

Puede que mis almohadas tengan razon,
puede que se equivoquen.
La tragedia quiza provenga
de un defecto de fabricacion despreciable.
Sin embargo,
si mañana
todo sigue igual
conviene un festejo privado,
humilde,
que no ostente la victoria momentanea,
por si el fracaso
colecciona ironias
para condimentar su conquista.