Isaac y Abraham comparten destino:
la montaña.
En el cuello del chico
laten venas,
producto del esfuerzo
de seguir los pasos de su padre.
Al fin vislumbran
Isaac y Abraham
el tronco sin cabeza
donde acabaran sus penas.
No se sabe quien llega primero:
si el chico o el padre.
Cuando se miran los dos ya estan ahi.
Tanto le cuesta al padre
como al hijo
llevar el hacha hacia atras
para iniciar el golpe
que terminara
por traspasar
las delgadas barreras
de la piel.
Hay un instante en que se miran
y el padre no sabe
si es el padre o el hacha.
Entonces baja un angel,
"yo soy el angel
que desciende,
vengo a entregarte un poder maravilloso".
El hacha y el cuello esperan.
Dice el angel:
"ya no hace falta
que concluyas el sacrificio.
Tu fe ha sido demostrada".
Padre e hijo vuelven a mirarse
y antes que se construya esa nueva realidad
el hacha baja, certera,
y corta el cuello del chico
que subio a la montaña
sabiendo que de alli
no iba a bajar.
la montaña.
En el cuello del chico
laten venas,
producto del esfuerzo
de seguir los pasos de su padre.
Al fin vislumbran
Isaac y Abraham
el tronco sin cabeza
donde acabaran sus penas.
No se sabe quien llega primero:
si el chico o el padre.
Cuando se miran los dos ya estan ahi.
Tanto le cuesta al padre
como al hijo
llevar el hacha hacia atras
para iniciar el golpe
que terminara
por traspasar
las delgadas barreras
de la piel.
Hay un instante en que se miran
y el padre no sabe
si es el padre o el hacha.
Entonces baja un angel,
"yo soy el angel
que desciende,
vengo a entregarte un poder maravilloso".
El hacha y el cuello esperan.
Dice el angel:
"ya no hace falta
que concluyas el sacrificio.
Tu fe ha sido demostrada".
Padre e hijo vuelven a mirarse
y antes que se construya esa nueva realidad
el hacha baja, certera,
y corta el cuello del chico
que subio a la montaña
sabiendo que de alli
no iba a bajar.
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