
La miel de lo intangible chorrea
dulce emoción
sobre mi acérrimo cinismo.
Ayer hable con displicencia
del diluvio,
como si no me importara.
Hoy meto un dedo en la miel,
compruebo que es profunda
y helada.
Presiento que esta incertidumbre
pegajosa
me toca.
Roba mi bendición.
No puedo creer que haya gente
que llegue hasta el final.
No quisiera
no quisiera
que esto se termine.
Cuando me hice señorita
comprendí aquello
de la vida y la muerte.
Los quiero mucho a todos.
no quiero morir.
Esta dulzura
reclama eternidad
para huir de la tristeza.
La peor pesadilla
(correr desesperada
sin avanzar ni un centimetro)
expresa un deseo.
Quisiera,
que más quisiera,
que esto se termine.
Retornar a la miel
de nuestra creación.
Regresar triunfante,