Tragos largos y mentiras cortas

Mama Noel tiene un regalo para las chicas que se portaron bien. Por las chimeneas caen certificados de obediencia y buena conducta. Si no estuviera atada a esta silla correría hasta tus piernas para pintarlas de lengua.

viernes, diciembre 22, 2006

Guardo envidia en un tarrito,
para el invierno.

El fruto de la envidia es el pecado.

Germina lento en frascos de mayonesa
que ayer limpié
-guardo frascos,
tiro tapas-
como si fuera el fin del mundo
y alguien viniera a juzgar
el estado de mis frascos.

No sé si hice bien;
la mugre tiene Historia.

El aroma de la memoria
y de la podredumbre
se parecen:
dulce y ácido.
Acilce/Dúcido.

Tampoco tengo tan buenos recuerdos,
supongo que navegar y naufragar
se diferencian por la comodidad relativa
del destino al que se llega.

Si el mapa nos sonríe, navegamos.
Si el tiempo nos lo impide, naufragamos.

El timón convence a nuestras manos
de que el rumbo elegido es el correcto.
Y sí...
La sensación de fracaso aumenta y la lógica insiste con que todo va bien. Desesperamos. No con la piel propia, es otra la gente que expone nuestros síntomas. Aquel muchacho que en el colectivo no dejaba de rascarse la cabeza -caspa, micosis, fetichismo- mientras calculaba cuanto culo podía apoyar en su camino a la puerta posterior. Peor: no haber visto al muchacho y que el muchacho ni exista; sin embargo saber que tiene un walkman apilas que no anda y que utiliza para disfrazar la intención de casualidad. Ojo, no es un caso de histeria, si fuera solo la fantasía de que alguien te toque el culo vaya y pase, pero esto es otra cosa. No tiene que ver con nada de lo que parece. Son las dos cucarachas que aparecieron hoy en la cocina y el living, frente a las visitas, muertas por ley a zapatillazos. Tampoco son las viejas amigas, aunque no es fácil entender cómo relacionarse con las que me conocían de antes de que fuera yo, cuando era esa otra, la de los experimentos. Tragedia chiquita, mi tragedia. Pero es mia. No quiero compartirla para que me muestres lo chiquita que es. Es jodido diciembre cuando una ya deja de usar la vieja máquina de ver las cosas. Después del primero es automático adjudicar cualquier cambio al año nuevo, pero justo antes, cuando se vuelve por la puerta del año que termina, encontrarse a una misma y ser más joven cuesta mucho.
A veces creo que no me decís lo que pensas. Seguro no quiero escucharlo. Mucho será obvio, no por eso menos profundo, cierto y obvio, dos condiciones que al juntarse buscan culpables. Todavía soy esclava de la proposición que sugiere que un problema surge de la manera de observar el problema (propuesta que invita a fabricar millones de puntos de vista y ningun cambio del otro lado del lente).
Pronto es Navidad, hoy hicimos las compras; también fumamos paces que deben encontrar terreno fertil para sus fines altruistas.
Por lo menos ahora me parece cierto...

viernes, diciembre 01, 2006

Sera un sirio el que se ofrezca
para atentar contra las buenas costumbres
esta noche.
Esperare, el pelo recien acondicionado,
con mi mejor corpiño,
con mis mejores tetas,
con la presuncion de que esta noche
pueda ser el fin de la espera.
Saldremos a pasear en su camioneta,
me anunciara sus intenciones
de terminar con el monopolio capitalista.
Acordare un pacto de silencio,
en su barba la promesa de una lengua
apasionada.
Anclaremos en un punto medio
de las aguas que amenazan con ahogarnos.
Sere la opcion de libertad;
sera el ultimo vaso de vino una propuesta.
Ya no tomo otra cosa:
resulto la rueda vencida del mateo
del que tiran caballos sin saber
a donde van.
Confieso que disfruto de fantasias romanticas
que no siempre me convienen.
Dantesco fracaso: la victoria.
Cuesta un vino y un austral
recuperarse.
Quiera Dios que esta aventura,
y que nosotros, aventureros,
lleguemos a buen puerto;
quiera Dios
que este pecado
responda a un rezo arbitrario,
anonimo en su forma de pedir
un Bien comun a todos.
Al fin sera de pocos
la fiesta y el festejo.
Podremos elegir cielo o infierno.
Sera de pocos la ilusion
de que hace falta un balance:
el juicio concluye cuando empieza,
y nos lleva de la mano
a un final
no apto para todo publico.
Ayer, en el trono de nuestro pequeño momento tragico,
florecieron aquellas flores que desafian
a cualquiera que intente ponerles nombre.
No buscabamos jardin,
ni respuesta al pasado;
disfrutamos como gusanos
el azar del destino.
Hijas de la flecha
que nos lleva
para adelante.
Volvimos pero no quiero ser timida...
Tengo el utero a la miseria.
Charcos y despedidas pelean
por la primera pagina.
Avisenle a hollywood que ya no llego,
tengo otro contrato
y no lo voy a romper.